
Alemania
La comida alemana resulta muy pesada, frita, grasosa, y clórica. No podríamos permitirnos llevar una vida diaria comiendo diariamente costillas fritas y sopa eintopf, que resulta ser lo mismo que dos almuerzos al mismo tiempo, pero allá se come al mismo tiempo.
República Checa
Si viajas a la República Checa, lo más probable es que encuentres en los restaurantes más humildes a personas comiendo un gran pedazo de jamón ahumado acompañado de cerveza. La cocina checa está llena de carnes rojas grasas, salsas pesadas, manteca de cerdo y calorías hasta más no poder. Actualmente, casi un tercio de los checos padece de obesidad.
Hungría
Toda su gastronomía está repleta de calorías, las carnes de todo tipo y la manteca de cerdo están a la orden del día. El hecho de que el 25% de los húngaros sufra de obesidad ha llevado a que el gobierno de ese país aplique impuestos a los alimentos poco saludables.

Bélgica
Bélgica es un país que muere por los postres y los dulces, de allí vienen los waffles. Los belgas frecuentemente comen un plato saludable, solo para luego llevarse a la boca uno de sus tradicionales productos de confitería.
Bielorrusia
Este país lidera el ranking mundial de consumidor de papas, que contiene altos niveles de almidón, que afecta a la cintura y, por consiguiente, al peso. El plato típico de Bielorrusia es el draniki, panqueques que se combinan con carnes grasas y productos lácteos.
Argentina
La comida argentina está hecha a base de carnes y harina. Argentina es uno de los mayores consumidores de carne de res en el mundo, convirtiendo a la carne en su alimento presente en todas las fracciones de la pirámide alimenticia.
Estados Unidos
Estados Unidos es considerado la cuna de la comida rápida, constando hamburguesas, papas fritas, pollo frito en exceso, y cualquier cosa que se pueda hacer en aceite hirviendo.
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